Rector
Universidad Nacional de Córdoba
Este lugar va a ser motivo de orgullo para los cordobeses, y una atracción con impacto en la industria del turismo en Córdoba. La puesta en valor del sitio que contiene restos de las edificaciones jesuíticas, sin dudas va a enriquecer al casco histórico de la ciudad. Es una recuperación relevante para Córdoba y para nuestro país.
Tuve la misión de representar a Argentina en el año 2000, cuando se efectuó la declaratoria de la Manzana jesuítica como patrimonio mundial. Esta declaratoria incluía la Manzana y Estancias Jesuíticas de Córdoba.
En el siglo XIX, por una reforma urbanística, se demuele una parte de las edificaciones del convento urbano que conocemos como “la Manzana Jesuita” para ejecutar la apertura de la calle Duarte Quirós. Con esta reforma que divide el predio, quedan truncados algunos de los espacios más importantes del conjunto, que tuvieron un rol fundamental en la vida de la orden de los jesuitas y la ciudad, hasta su expulsión en el año 1776: el antiguo refectorio y el llamado “patio de la botica”.
En el actual contexto de globalización, el proyecto integral que hemos llevado a cabo tiene por objetivo la recuperación de nuestra historia, priorizando el reencuentro con nuestra propia herencia cultural, para afianzar nuestras particularidades.
Este sector recuperado, que incluye el paseo peatonal Córdoba de la Nueva Andalucía, pasara a formar parte del conjunto declarado Patrimonio Mundial. Con este fin estamos trabajando conjuntamente con la Comisión Nacional de Monumentos y Sitios Históricos, la Provincia y la Municipalidad de Córdoba de manera de generar un espacio cultural que permitirá a los visitantes conocer e interpretar tiempos históricos cercanos a la fundación de la ciudad de Córdoba.
Titular Área de Gestión de Planificación Institucional Estratégica - UNC
Ellos permiten exponer el pasado colonial en nuestra Ciudad. Las edificaciones, algunas de ellas soterradas, revelan el antiguo convento urbano de los Jesuitas, dejando visibles su comedor, el Antiguo Refectorio, los pisos del patio de la botica y los muros del conjunto.
El convento urbano jesuítico se organizaba en torno a una secuencia de patios, uno de los cuales se ubicaba bajo la traza de la actual calle Duarte Quirós, cerca de su intersección con Obispo Trejo. Los cateos arqueológicos en el sitio han permitido redescubrir los pisos de ladrillo y de piedra bola, y los muros del llamado Patio de la Botica.
El conjunto es complementado con una plaza arqueológica, un edificio de interpretación o museo de sitio, y el centro cultural con sus salas de exposiciones, su restaurant y su auditorio de 500 personas.
El valor del conjunto radica justamente en que permite volver visible esos estratos que exponen el proceso de superposición que subyace en la Ciudad de Córdoba. Encontraremos así edificaciones de los siglos XVII, XVIII, XIX, XX y XXI en distintos lugares del conjunto. Una pieza destacada es la sala del Antiguo Refectorio jesuítico, que se integraba, cruzando la calle Duarte Quirós, con lo que es hoy la sala de profesores del Colegio Nacional de Monserrat. Allí funcionaba el comedor del convento urbano. Una estructura metálica protege sus muros y las vigas de cedro paraguayo del siglo XVII que constituían su entrepiso. El centro cultural UNC y el Paseo de Córdoba de la Nueva Andalucía, constituyen otro eslabón de valor cultural en el centro histórico de nuestra Ciudad.