Muestra fotográfica: «1969 El Cordobazo» de Guillermo Galíndez

Guillermo Galíndez era inspector municipal de tránsito de 23 años cuando fotografió el Cordobazo el 30 de mayo de 1969.

En su cobertura, Galindez logró retratar automóviles Citroen 3CV incendiados, militares dando vueltas por la ciudad, barricadas cortando calles y vecinos observando las secuelas de la revuelta obrera-estudiantil.

Pie de foto: Guillermo Galíndez en su muestra “1969: El Cordobazo»

En ese entonces, trabajaba como “zorro gris”, inspector municipal de tránsito. Además, era militante peronista y ocasional fotógrafo.

Parte de su registro fotográfico se puede apreciar en la muestra “1969: El Cordobazo» en el Centro Cultural (CCU) de la UNC  de lunes a viernes a partir del 9 de junio de 10 a 18 horas y hasta el 19 inclusive del mismo mes. Organiza Cultura de Extensión de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Una pasión desde los inicios

Galíndez amó la fotografía desde joven cuando su madre le regaló una cámara de cajón a los 16 años. “Usé la fotografía como medio de vida. Sacamos fotografías sociales, como en las escuelas. Pero siempre hice fotografía de la ciudad, me gustaba muchísimo”, comentó.

El fotógrafo recordó que usaba una Olympus Pen de medio cuadro.

Además, Galindez trabajó en la Dirección Nacional de Fabricaciones e Investigaciones Aeronáuticas (DINFIA), lo que sería la actual Fábrica Argentina de Aviones  (FAdeA).Sin embargo, fue despedido durante el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía en 1966 porque Galíndez era delegado sindical. “Con la indemnización me pude comprar un equipo de fotografía, un Metz 502 y una máquina de 35 milímetros”, recordó el fotógrafo. 

Pie de Foto: una réplica de una barricada del Cordobazo hecho con una pieza de Citroen 2CV quemada, maderas y goma.

Durante ese período, comenzó a trabajar en la Municipalidad de Córdoba como inspector de tránsito. “Cuando entrábamos era una exigencia ser universitario y tener un metro 75 de altura”, comentó.

El Cordobazo

“Me fui a dormir”, respondió Guillermo Galindez entre risas cuando le preguntamos qué hizo ese histórico 29 de mayo de 1969, el día más movido del Cordobazo.

Por la mañana de ese jueves, Galíndez recibió la tarea de dirigir el tránsito entre avenida Emilio Olmos y avenida Maipú en la mañana. El zorro gris de 23 años no tenía ni idea de lo que iba a pasar.

“No había semáforos en Córdoba. Entonces nosotros éramos los semáforos. Cada vez que venía la manifestación nosotros nos hacíamos al lado”, declaró.

Pie de Foto: dos fotos tomadas en avenida Colón.

Durante el gobierno de Onganía, las protestas y marchas eran habituales en el Centro de Córdoba. A media mañana, Galíndez comenzó a ver humaredas en diferentes puntos de la ciudad. Escuchó varias bombas de estruendo y la caída casi sincrónica de las persianas metálicas de los comercios.

Para el fotógrafo, el Cordobazo se sintió como un viento norte: “Se veía que la gente andaba con miedo. Se cortó el transporte. Ahí hicimos abandono de tareas”.

Sin pensar en la gravedad de la situación, Galíndez almorzó con un compañero de trabajo y se regresó a su casa en Alta Córdoba.

“Mis hermanos no lo podían creer”, recordó. “Ellos anduvieron por todos lados y no me encontraban. Cuando vuelven a nuestra casa… yo estaba durmiendo”, agregó.

Pie de foto: Citroen incendiado en Rodríguez Peña y La Rioja.

Cuando Guillermo empezó a escuchar por la radio la magnitud de la protesta, decidió hacer una cobertura fotográfica.

Gracias a vecinos y amigos y amigas, Guillermo logró juntar entre 300 y 400 películas fotográficas para salir bien provisto. 

El 30 de mayo, bien temprano, Galíndez tomó su cámara fotográfica para registrar lo que había dejado el Cordobazo. Junto a un amigo, cruzó la pasarela del ferrocarril de Alta Córdoba.

En el Parque Las Heras, el fotógrafo se encontró con un control militar del Ejército Argentino. “Los militares no dejaban pasar a nadie. Les dije que nos habían citado para dirigir el tránsito”, contó. Galíndez llevaba el carnet de inspector y estaba vestido con un piloto verde militar. “¿Qué tránsito iba a dirigir si estaba todo cortado”, bromeó Galíndez.

Sin embargo, el control militar lo dejó pasa y pudo cruzar el puente Centenario.

Pie de foto: La muestra reivindica el papel de la motocicleta PUMA como medio de transporte y comunicación entre obreros y estudiantes.

Desde ese lugar, Galíndez caminó hacia la plaza Colón y fotografió el barrio Alberdi. “Era impresionante la cantidad de Citroens que estaban por todos lados dados vuelta. Todo el barrio cerca del Clínicas había sido tomado prácticamente por los estudiantes”, contó.

El sábado 31 de mayo, Galíndez tomó otra ruta y vio cómo quedó Nueva Córdoba. De ese recorrido, recordó la foto que tomó del Círculo de Suboficiales de la Fuerza Aérea: “Fue casi como un punto turístico, el más visitado en Córdoba. La gente entraba y salía, recorría todo un edificio”.

“Lo importante, lo que me queda en el tiempo, es que no hubo rapiña. Había vidrieras rotas pero la gente no robó ni saqueó”,afirmó.

Registrar el hecho histórico

A diferencia de otros fotógrafos del Cordobazo, Guillermo Galíndez no era fotoperiodista ni sacó fotos para medios de comunicación: “Solamente quería registrar el hecho histórico”.

Como militante peronista, Galíndez también fue testigo del Viborazo y la Masacre de Ezeiza. Pocas fotos sobrevivieron ya que los negativos se echaron a perder.

Las fotos Galíndez lucharon contra el paso del tiempo para llegar al siglo XXI. Muchas de las fotos del Cordobazo fueron regaladas a participantes del levantamiento popular como un “souvenir”. Los negativos fueron guardados en una caja de galletitas Tampieri. Luego, pasaron a un mejor estado de conservación ocultas en una mesa. Sin embargo, con el paso de las décadas, muchos negativos se pudrieron.

Durante la Dictadura, Galíndez sufrió detenciones y allanamientos en su casa. Afortunadamente, los militares nunca encontraron el preciado archivo.

Al rescate del olvido

Tras el Cordobazo y las dictaduras, Galíndez siguió vinculado a la fotografía.  Por mucho tiempo, tuvo un quiosco de venta de fotografías en la calle 27 de Abril, cerca de la Catedral de Córdoba. En ese rincón, vendía fotos de paisajes y de la ciudad.

En 2005, compañeros del Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales (Suoem) le proponen a Galíndez rescatar fotos del Cordobazo como parte de un trabajo sobre la historia del Cordobazo. Al principio tuvo miedo, porque el sindicato de Luz y Fuerza y la Unión Obrera Gráfica Cordobesa también iban a mostrar su archivo fotográfico. Sin embargo, el fotógrafo logró deslumbrar al público con fotos inéditas y reveladas directamente del negativo original.

“El Cordobazo fue una revolución popular contra el régimen autoritario que existía contra una de las tantas dictaduras que nos tocó vivir. Fue justamente la punta para poder cambiar y volver a la democracia”, reflexionó.

La muestra podrá visitarse en el horario de 10 a 18

Por Satoshi Higa – Comunicación SEU.